Por:

Carolina Arroyo Aguirre

Asociada Senior de la firma Andrade Veloz y embajadora para Ecuador de Arbitator Intelligence.

José María de la Jara Plaza

Training Coordinator en American Bar Rule of Law Initiative y country team leader de Perú y Ecuador en Arbitrator Intelligence.

A pesar de su continua sofisticación, el arbitraje en Latinoamérica sigue padeciendo de la presencia de árbitros que dan la espalda a las demandas de diversidad, transparencia y accountability del sistema arbitral. Lejos de encontrarse en peligro de extinción, este tipo de árbitros ha hallado un hábitat de protección en la confidencialidad de los procedimientos.

Lo anterior explica por qué, en pleno siglo XXI en el Ecuador, una abogada aún se ve sometida a tratos desiguales por parte de ciertos árbitros. Si realmente “leyó” la demanda que redactó, si “la persona que le mandó” está al tanto de la prueba solicitada, si “está jugando a ser abogada”, son solo algunos de los comportamientos a los que se enfrentan las mujeres litigantes al día de hoy. A pesar de la gravedad de este tipo de comportamientos, esta información permanecerá enclaustrada y desconocida para la comunidad arbitral.

En Ecuador, en ocasiones las partes de un proceso deberán esperar un término de trescientos días para recibir el laudo de una controversia relativamente sencilla, observar impotentes la desaparición del objeto del litigio por la negativa a su solicitud de medidas cautelares, entre otros. El retraso injustificado o las decisiones mal motivadas de los tribunales arbitrales no serán conocidos por otros usuarios del arbitraje, sino hasta el momento en que deban experimentar estas situaciones por sí mismos.

Desafortunadamente, en muchas otras ocasiones, el desempeño imparcial, eficiente, responsable y justo de otros árbitros tampoco será conocido -y suficientemente difundido- sino a través del boca a boca de quienes tuvieron la suerte de someterse a un sistema alternativo de resolución de disputas eficiente. La confidencialidad también frena la aparición de nuevos jugadores en el mercado.

A pesar de estas fallas estructurales, la designación del árbitro es una de las características más atractivas del arbitraje internacional. No obstante, los abogados de parte se enfrentan a una difícil tarea al seleccionar a los árbitros que resolverán una controversia, pues, por lo general, conocen muy poco de ellos. Así, la selección de los árbitros depende, en gran medida, de la investigación que puedan realizar las partes sobre ellos y –principalmente- de los comentarios que reciban de terceros sobre su imparcialidad.

Frente a ello, Arbitrator Intelligence (AI) propone revertir el paradigma imperante en la designación de árbitros, a través de un proceso elemental de economía colaborativa: los usuarios del sistema califican el servicio, en beneficio de todos los demás. Si un árbitro no tuvo un manejo profesional de la audiencia, debe comunicarse esa información al mercado. AI provee a los usuarios de los medios para comunicar y amplificar la lucha por la transparencia, diversidad y accountability en los tomadores de decisiones. Igualmente, las partes podrán tomar mejores decisiones si cuentan con información sobre el estilo de decisión del árbitro (pegado al contrato, sentido comercial, equidad, entre otros), el tiempo promedio de demora en la emisión de laudos, entre otras piezas de información de gran utilidad que AI actualmente está recolectando.

El objetivo principal de Arbitrator Intelligence es emitir reportes que en el futuro estarán disponibles en Kluwer Arbitration y contendrán la información individual de los árbitros para que las partes y sus abogados puedan seleccionar, de manera eficiente e informada, al juzgador de su disputa.

Los reportes serán el resultado del procesamiento de los datos obtenidos de los cuestionarios desarrollados por Arbitrator Intelligence (AIQ’s). A través de encuestas anónimas, los abogados de parte de un arbitraje pueden calificar el desempeño de los árbitros, teniendo en cuenta parámetros objetivos del caso y su percepción sobre el resultado. Dichas encuestas o AIQ’s han sido diseñadas para respetar la confidencialidad del proceso (i.e. no se revela el nombre de las partes), garantizar el anonimato de quien ingresa la información, pero a la vez garantizar el mayor grado de objetividad posible.

Arbitrator Intelligence es una solución a los problemas que aquejan al arbitraje internacional y local. Con esta propuesta, todos podemos contribuir a la transparencia, responsabilidad y diversidad de los árbitros. Está en nuestras manos difundir quiénes son y cómo actúan los encargados de administrar justicia en el arbitraje. El conocimiento es poder y ahora está al alcance de todos.

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